Tap Tap
Estás. Ahí, parado. Sentado. Caminando. Fumando. Bebiendo. Tomas un vaso de agua. Pero quieres cerveza. Caminas a la tienda. Compras 6. Regresas. Te sientas. Respiras. Tragas. Y ya no tienes sed. Estás Nervioso. Estás incompleto. Como la cerveza. La tienes. No quieres. La dejas. Se calienta. Empujas tus lentes. Siempre fuiste muy tranquilo. Nunca te gustó el alcohol. Sigues Nervioso. Caminas. Das 3 vueltas al comedor. Te sientas en tu sofá. Observas. ¿Qué observas? Te pierdes. Te vas. Llevas casi 4.5 minutos así. Una mosca ha llamado tu atención. Gira. Baila. Hace bssst… bssst... Vuela. Tú no puedes volar. Te entretiene. Tu boca está cerrada. Y tu rodilla sube y baja. Tus uñas están arañando tu pantalón. La mezclilla te desespera. No es cómoda. Tampoco tu abrigo. Ahora hace calor. Y tu boca sigue cerrada. La mosca vuela. Se para en la pared. Te mira. Se burla. Y despega. Se va. ¿A dónde irá? Te arde el trasero. La espalda. Tienes comezón. No sabes dónde. Te rascas. Y no es el lugar correcto. Te rascas la nuca. Pero la comezón está en tu hombro. Sigue haciendo calor. Pero tu abrigo sigue puesto. Muerdes tu dedo. Fuerte. Enciendes el televisor. Pero no entiendes lo que dicen. Cambias. Puchas los botones. Rápido. 60 pulsaciones por minuto. Ya repetiste todos tus canales por tercera vez. Y sale una chica en televisión. Da el clima. Hace frío. Habrá frío. Como ayer. Te picas la nariz. Buscas mocos. No encuentras. Y no te gusta el resultado. Ahora buscas una lagaña. Encuentras una pequeña. La observas. 1 segundo, 10 segundos, 30 segundos. La embarras en tu sillón. ¿Qué hora es? Tomas el teléfono. Presionas. Arriba, abajo. Arriba, arriba. Abajo. ¿Qué haces? Viste su nombre. Unas 3 veces. Anotado. En la agenda. Y viste los dígitos. Y fingiste no saberlos de memoria. ¿Por qué? Sales. Fumas otro cigarro. Ya llevas 4. Han corrido casi 23 minutos exactos desde la última llamada. ¿Qué pasa? Te preocupas. Tu respiración aumenta. Tienes miedo. Vas al baño. Te miras frente al espejo. Y piensas que eres hermoso. Gordo. Prieto. Con barba. Y granos. Te peinas. Y las manchitas del espejo nunca fueron tan interesantes. Las cuentas. Llegaste a contar 24. Saliste. Sin limpiar. Ya van 26 minutos. Y ves el florero de mamá. En la mesa. ¿A qué hora suele regresar mamá? Eres infeliz. Tomas el jarrón. Lo tiras. El agua se riega. Tu respiración se agita. Quitas el mantel. Te envuelves. Te sientas. Tus zapatos te aprietan. Te levantas. Caminas a la sala. Empujas el televisor 3 veces hasta tumbarlo. Romperlo. Matarlo. Todo va muy rápido. Corres al ropero. Buscas entre tus trusas. Encuentras el revolver que dejó papá antes de morir. Lo cargas. Y vas hacia el espejo. No aguantas más. Metes el cañón al paladar grasoso y sucio de tu boca. Cuentas 3; 1… 2… 2 y medio… 2 y tres cuartos… 2 y cinco sextos… 2 y siete octavos… Lloras... tre...
¡DingDong! ¡DingDong! ¡DingDong!
-¡Buenas Tardes! -Alguien grita.
Vas hacia la puerta mientras limpias tus lágrimas.
- ¿Quién?
- Pizza de carnes frías para Edgardo Pérez Rosales.
Abres. Entregas 1 billete de $100, 1 billete de $50 y 16 en monedas de $2. Tomas la pizza.
- 30 minutos exactos chico. 1 minuto más y hubiera sido gratis.
- Disculpe señor, el tráfico.
- Largo de aquí chico.
Cierras. Te sientas. Comes. Y buscas otro pretexto para suicidarte.
¡DingDong! ¡DingDong! ¡DingDong!
-¡Buenas Tardes! -Alguien grita.
Vas hacia la puerta mientras limpias tus lágrimas.
- ¿Quién?
- Pizza de carnes frías para Edgardo Pérez Rosales.
Abres. Entregas 1 billete de $100, 1 billete de $50 y 16 en monedas de $2. Tomas la pizza.
- 30 minutos exactos chico. 1 minuto más y hubiera sido gratis.
- Disculpe señor, el tráfico.
- Largo de aquí chico.
Cierras. Te sientas. Comes. Y buscas otro pretexto para suicidarte.
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