Despierto con ganas de seguir dormido, me levanto con ganas de volver a acostarme. Así son los sábados y los domingos que me quedo en casa, no por que quiera sino porque eso hace la gente común, días de descanso - Aunque me parece más cansado quedarme en casa -. Sábados de corregir las pequeñas o grandes imperfecciones de casa: Cortar el pajón, arreglar la taza del baño, lavar el tanque de agua, barrer la calle y limpiar los pelos que dejas en el lavabo. Me duele la espalada y las ganas de seguir viviendo, mis ojos pesados me causan migraña, pero me acuesto y no pasa nada, ni duermo, ni descanso, ni muero. Simplemente sigo aquí, entre los vivos. Levántate de vez en cuando y sé tú quien prepare el desayuno, el café, los pendientes, el día. Sé tú quien tache los días del calendario, trabaje y haga el quehacer. O como quieras. Aún puedo soportarlo unos añitos más, de aquí hasta que me dejes.No me canso lo suficiente. Voy corriendo al super y compro las verduras, los refrigerios, los panditas, los juguetes. No me canso cuando te canto y pinto en tu espalda todas las claves de sol que se me ocurran, en pentagrama que recorre desde tu nuca hasta tus nalgas, cada línea uno de mis dedos. Y tu piel se vuelve a poner chinita. No importa que yo haga lo que tenga que hacer, mientras sigas aquí, no me importa, ni quebrarme las piernas, ni arrancarme los ojos, ni explotar mi cabeza. Cuando me duermo a las 4 después de coitar, y levantarme a las 6 al trabajo, bañarme con agua fría, y salir a cubrir la jornada. Mientras tú sales, vas por té, vas por cerveza, vas por hombres. No sé que hagas, nunca me quieres decir. No me importa sabes. Llego a casa y preparo la comida, luego llegas tú, vestido y zapatillas. Yo sirvo en tu plato los pimientos, la carne, los apedacitos de pan, los hombres de gengibre, el vino, la salsa, los chicharos en plato fino. Saco un pastel del horno, me quito los guantes, y saco el mandil. Tu otra vez llegaste enojada, quien sabe por qué. Alguien te chocó el carro
Pastillas
Me tomé otra pastilla. No parece funcionar, a veces no funcionan las cosas. El televisor, el radio, el control remoto, la lampara, los ojos, el pene. A veces le doy golpecitos a las cosas, a veces, suele funcionar, y a veces no. No funcionará si me golpeo a mi mismo. Tengo que pagar para que alguien arregle esto. Tengo que pagar también para que alguien arregle mi televisor, o no podré ver el mundial, y eso sería una pena, ¿De qué hablaré con los amigos sino es de eso en las reuniones? Maldita sea, tengo que pagar también para que alguien arregle mis ojos, y no tenga que usar estos lentes. Pagar, pagar, pagar. La luz, el internet, el gas. La leche, tortillas y pan. Recuerdo cuando no tenía que pagar, y mamá lo servía en la mesa, con su sobrepeso y sus labios y mejillas maquilladas, con su cariño y sus apretadas de cachetes. Me estoy volviendo loco... Existe, la ligera posibilidad de que pueda evitar esto, pero... tendría entonces que salir corriendo. Tendría entonces que le...
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