Testigos

- ¿De qué quieres hablar hoy?

- De todo.

- Ajá, como de ¿qué o qué?

- No lo sé. Hoy me siento así; como si quisiera hablar de todo.
Como si quisiera... depurar.

- Algo has hecho mal.
- Muchas cosas, ¿cómo sabes?

- Se te ve, en los ojos.

- ¿Ojos tristes?

- Inseguros.

- Lo sé.

- Así soy yo. Desde que tengo memoria. Como si algo me diese semejante verguenza, no sé.
Hay tantas cosas. No quiero hablar de eso.

- Bueno, esque eso es lo malo. He escuchado por ahí que hablar penas con los demas,
es,
liberarse.

- Yo también, he escuchado muchas cosas.

- ¿Sí? y ¿Qué opinas?

- Pues que así es la vida. Y así son las personas. ¿Qué le vamos a hacer?

- Exacto.

- Pensar en remedios, es pensar en... un gasto.

- ¿Dinero?

- No necesariamente; hay gastos que no involucran dinero.

- Dignidad ¿Podría ser?

- Correcto.

- Entonces...

- ¿Qué pasa?

- Nada.
Hay cosas mas importantes que la dignidad supongo.

- El dinero.

- Jajaja. No lo sé. Puede ser.

- Supongo que sí.

- ¿Qué más te doleria gastar?

- Pues...
La saliba.

- No, algo interno.

- La sangre...

- No, a veces evitas las cosas.

- Lo sé, pero,
¿Quién no? ó ¿no?

- Tienes razón. Bueno, entiendo si quieres evitarlo.

- Está bien.

- Pero, ¿Creés que se arregle así?

- ¿Cómo?

- Sólo tocandolo.

- Puede ser.

- Yo no creo.

- Tú no sabes.

- Lo supóngo

- Está bien. Tienes razón.Yo tampoco creo que se arregle así
pero, empecemos por algo fácil.

- De acuerdo.

- A ver.

- ¿Qué gastos existen para el ser humano?

- Amm, el dinero, la saliva, el tiempo
la dignidad, la verdad.

- ¿La verdad se gasta?

- Sólo si a esa verdad le asignas valor.

- Supongo que eso solo es para los periodistas.
O para los testigos.

- Yo hablo de otro tipo de verdad. No de hechos públicos.

-¿Sí?

- Sí, como la verdad de alguien.
No lo que vemos, me refiero a esa verdad
que todos quieren ocultar.

- Hablas como de traumas y esas cosas.

- Puede ser.

- Tienes verdades a las cuales les hayas asignado, un valor.

- Claro. Y ¿Quién no?

- No lo sé, hay gente que cuenta todo.

- Pero los tipos como yo somos muy reservados.
Es algo así como las propiedades.
Aumentan su valor.

- Y ¿Tus verdades son caras?

- Demasiádo.

- De acuerdo.

- Así es.

- Pues yo no pagaria un centavo por ellas.

- Bueno, es que bien dicen que la basura de alguien
Es el tesoro de alguien más.

- Tienes razón. ¿Cuánto me cobrarías por tu verdad?

- Pues depende.

- ¿De qué?

- De, en qué divisa me quieras pagar.

- ¿Cuáles aceptas?

- Todas.

- ¿Aceptas verdades a cambio de verdades?

- Yo les llamaria secretos. Sí, aceptaría, es mi divisa favorita.
O al menos para este negocio;
De la amistad.

-De la amistad.

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