Porcelana Genuina

Cuando la vi, en el primer momento creí que era un maniquí. [En edición]
No me gustan mucho las plazas comerciales, hay demasiadas luces brillantes y al cabo de un rato los ojos se me ponen rojos, cansados y aflojados. Ese día era un viernes 22 pero no recuerdo de qué mes, porque verás, pasó hace más de 7 años. [En edición]
Tiene la piel tan blanca, pero no es albina, tiene unos ojos enormes y es en extremo delgada, siempre le digo que se alimente bien, pero ella hace caso omiso, frunce el ceño y voltea su rostro, "Ya sabes que estoy enferma". Su piel también es suave, y por su fragilidad no puede estar expuesta mucho tiempo al sol, "No podremos casarnos en la playa". [En edición]
"No te pongas triste, sé que te sientes cansada. Es normal, tus huesitos no son fuertes, pero yo te puedo llevar a todos lados, en mi espalda". Ella se ríe y yo siendo cuanta pena se puede sentir. La amo, y amo sus ojeras, su cabello que siempre está reseco, amo como lo cuida siempre, lo peina, lo limpia, lo acaricia. Su pelo es largo, casi le toca sus nalguitas, pero la mayoría del tiempo está esponjado, "No te preocupes mi amor, ya sé que te peinaste antes de venir, te ves hermosa aún así", tú siempre te ves hermosa.
La conocí en el hospital, mi hermano sufrió de leucemia hace bastantes años, yo acompañaba a mi madre al hospital para asistir a las quimioterapias. Ahí fue donde la conocí. La escena se desarrolla en una sala pequeña, habían sino mal recuerdo 5 o 6 sillones, en cada uno se sentaba un niño, el catéter directo a las venas, y se sentaba por largo tiempo a recibir la dosis, yo estaba ahí al lado de mi hermano que recibía la quimioterapia, mi madre dormía y yo miraba al rededor, y es que en esos lugares no se puede sentir más que tristeza y una esperanza conmovedora. [En edición]
Ella llegó a los tantos minutos, recuerdo bien Cuando entró a la sala, estaba enojada ¿Con quién? No lo sé, con la vida, supongo, mí hermanito también lo estaba la mayoría del tiempo y es que piénsalo; a esa edad no tienes conciencia para pensar la verdadera razón del por qué pasan las cosas, sólo piensas ¿Por qué a mí? ¿Yo qué hice?. Y yo desde entonces sentía cuánto dolor se puede sentir por un hermano que sufre eso. [En edición]
Ella se sentó en un sillón, la enfermera se dispuso a colocar el catéter. Ella accedió con frustración en el rostro, una vez colocado el medicamento comenzó el gotero, tap-tap-tap. Encendió su Nintendo, y se puso a jugar. Me enamoré, era tan bonita, sólo que cuando uno tiene cáncer, es inevitable perder un poco de belleza, es por ello que habían salido esas ojeras, los ojos rojos, el cabello seco, la nariz lastimada y llena de cicatrices.  [En edición]
Fueron varias veces que estuve ahí, y le veía, ¿Por qué interactuamos? Supongo que éramos los mayores en esa sala, los demás eran niños pequeños, yo tenía 15 años. Ella tenía 15 también. Hablamos de Nintendo, de Playstation, de crash, de películas de Disney. Pronto empecé a notar emoción en ella, había perdido esa cara de enojo cuando iba por su quimioterapia, y estaba contenta de verme. Cada vez la sesiones de mi hermano eran más esporádicas, así que le pedí su número de celular.
Por mensajes fue, que le declaré mi gusto por ella, y ella declaró que no quería un novio, si de por sí iba a morir.
Sus palabras fueron como balazos, [En edición]

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