La había conocido en el bar La Mariposa Caliente. Ella estaba en una mesa que daba contra la ventana. Yo veía de Chatelet Les Halles. Esa tarde había comprado un par de discos. Rock Sur La Blanche y otro de The Psychomodo en una tienda musical llena de negros de la banlieu de la Plaine-Voyageurs que escuchaba melodías de Senegal. Entré al bar y pedí una cerveza fría. Encendí un cigarrillo y me dediqué a observar a esa mujer vestida de negro que miraba por la ventana hacia la calle. Cuando la vi supe inmediatamente que era una mujer-lluvia. Una mujer- lluvia. Una mujer-húmeda. Una mujer-lluvia se distingue a leguas por su forma acuática de mirar, por sus formas suaves, por el control transparente de su piel, por la forma como humedece poco a poco el aire circundante con sus manos, con sus babas, con sus ojos, con la lluvia secreta que sale de su cuerpo. Yo la mire y mis ojos se fueron hacia el centro de su corazón que flotaba en medio del reflejo incierto de su sangre sobre su rostro. Mierda. Una mujer-lluvia. Después me le acerque y charlamos un poco de libros, de universidad, de la comida china, de cine. Interesante. Otra cerveza. Otra. Un cigarrillo. Sueños dulces. Dulces sueños. Interesante.
De tu relación con los huracanes
Vive por ti Cantate a ti Escribete a ti Pero por el amor de dios cariño, no me llames cuando pintes tu autorretrato de tus 24 y decidas que todo pasado siempre fue mejor. En ese caso no pintes, ni cantes, ni escribas. He parado en seco y cambié los planes de mi vida pero tú escribes cuando las letras te queman el esofago, cantas cuando el silencio te está ensordeciendo, pintas cuando el terror filtra los colores, quieres ser escuchado cuando pierdes tu identidad y quieres que ella te diga: "cariño eres tan bueno haciendo lo que amas. Nunca pares". He saltado de ese tren, por la borda del barco, por el barandal del puente, tengo miedo, después de 6 mudanzas no preciso un hogar. Cuando dejaba la casa para buscarme; encontré una disrrupción en el centro de mi pecho, y me arrepentí por largo tiempo de encontrarme llevando toda una vida siguiendo metas ajenas, buscando una paz extraviada en un mar. Siempre llorando como niño perdido. Como si no supiera donde empezar. Todos
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